7 preguntas frecuentes sobre la Ley de la Segunda Oportunidad
Hoy hablamos de un mecanismo legal que ya ha ayudado a más de 15.000 personas a saldar sus deudas: la Ley de Segunda Oportunidad. Quienes han conseguido acogerse a ella han podido saldar sus deudas totalmente o en parte, lo que les ha permitido dejar atrás sus problemas económicos y empezar una nueva vida.
¿Quién se puede acoger a la LSO?
Existen una serie de requisitos para poder solicitar la Ley de Segunda Oportunidad. Si bien es cierto que recientemente se ha modificado la ley para flexibilizar las condiciones, aún se tienen que dar una serie de circunstancias para que una persona física solicite acogerse a la LSO.
Cualquier persona física, es decir, un particular o un autónomo, puede iniciar los trámites para acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad, siempre y cuando su deuda no supere los 5 millones de euros, no tenga antecedentes penales relacionados con fraudes económicos, tenga al menos dos acreedores diferentes y no se haya acogido otra vez a la misma ley en los 10 años anteriores.
Aunque con la reciente reforma ya no es obligatorio haber intentado llegar a un acuerdo extrajudicial de pagos, sí que se debe demostrar que ha habido intención de pagar las deudas y que no es un caso de morosidad, sino de imposibilidad de hacer frente a los pagos.
¿Cuánto dura el proceso para acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad?
Como todos los procesos legales, el tiempo varía dependiendo de una serie de factores. Pero con la reciente reforma de la ley concursal se han reducido los tiempos para poder finalizar el procedimiento de la Ley de Segunda Oportunidad en un plazo menor.
Con la primera versión de la ley, los plazos eran mucho mayores, ya que incluían la negociación de la fase extrajudicial, la liquidación de bienes (si los había), etc. Con la reforma actual, se establece un plazo máximo de 18 meses, un cambio muy importante a tener en cuenta, ya que es especialmente beneficioso para los implicados.
¿Qué significa declararse insolvente?
Esta situación se produce cuando una persona no puede afrontar sus obligaciones de pago y se le empiezan a acumular las deudas. Existen tres tipos de insolvencia: la actual, que es cuando ya no se puede seguir pagando; la inminente, que se da cuando se prevé que no se va a poder pagar una deuda a corto plazo; y finalmente tenemos la insolvencia probable, que es una situación previsible desde un punto de vista objetivo, a menos que se establezca un plan de reestructuración de la deuda para evitar que llegue.
¿Se puede paralizar un embargo con la Ley de Segunda Oportunidad?
En efecto, uno de los puntos de este mecanismo legal es proteger al solicitante, con lo que los embargos quedan sin efecto durante todo el tiempo que dure el proceso de la Ley de Segunda Oportunidad.
En el momento en el que se presenta la solicitud, los embargos judiciales quedan suspendidos, a la espera de la resolución del proceso y lo que dicte el juez al respecto.
¿Cuáles son los pasos a seguir con la LSO?
Una vez que la situación es límite y se decide intentar acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad para salir de ella, el primer paso es contratar a un abogado de confianza y especializado en la materia. Sabemos que en una situación tan extrema es un gasto elevado y difícil de asumir, pero a la larga será muy ventajoso, ya que un profesional te ayudará y asesorará mejor durante todo el proceso y evitará errores que pueden provocar que se cancele el proceso.
Para que pueda iniciar los trámites, deberás entregar a tu abogado toda la documentación necesaria para que pueda planificar una estrategia. Esa documentación debe ser tanto a nivel personal como profesional, puesto que estamos hablando de tu situación económica.
Aunque ya no es un paso obligatorio, cabe la posibilidad de llegar a un acuerdo extrajudicial de pagos mediante el cual se puedan pactar nuevas condiciones de financiación. Con la nueva reforma, el plazo es de 3 años, aunque se puede ampliar en algunos casos.
¿Dónde se puede presentar la solicitud para acogerse a la LSO?
Aunque siempre se puede acudir de manera presencial al Juzgado de lo Mercantil de la localidad correspondiente, actualmente contamos con gran cantidad de medios telemáticos con gran fiabilidad y que nos facilitan mucho las cosas.
Contar con una empresa especializada en cancelación de deudas, como Saldados, te evitará más de un paseo a los juzgados, ya que ellos se encargan de todo el proceso, además de asesorar y guiar a sus clientes durante todo el tiempo que dure el procedimiento.
¿Quiénes tienen que intervenir en el proceso de la LSO?
A pesar de ser un proceso relativamente sencillo, requiere de la intervención de varios profesionales para que se pueda terminar de manera ágil y precisa. Además, la intervención de expertos en la materia asegura que todo se hace de manera correcta y ofrece garantías y alternativas si es necesario.
Durante todo el proceso, las figuras principales son el deudor y sus acreedores, ya que realmente son los protagonistas de la situación. También entra en juego la figura del abogado que, normalmente, será distinto para cada una de las partes, ya que los acreedores tendrán el suyo propio, independientemente de que se trate de una solicitud de Ley de Segunda Oportunidad o no.
Por otra parte, están los profesionales de la notaría o el Registro Mercantil (si el acreedor tiene una empresa), el personal del juzgado competente y el del Ministerio Fiscal.
Con la reforma actual la figura del mediador concursal ha pasado a un segundo plano. Hasta la entrada en vigor de la modificación, el pasado mes de septiembre, era obligatorio llegar a un acuerdo extrajudicial de pagos, proceso en el que se tenía que contar con un mediador concursal. Tras el cambio, ya no es obligatorio, con lo que queda como una herramienta más que se puede utilizar.